Estar o no estar – parte 1
Todos de alguna manera u otra hemos experimentado el estar presentes en el lugar de un gran acontecimiento y aun así perderse el mismo.
- Quizás al estar en un juego de béisbol y salir a comprar refrescos en el momento en que ocurrió la jugada mas impresionante del juego.
- O el haberse perdido el momento en que un hijo dijo sus primeras palabras o dio sus primeros pasos.
El estilo de vida de estos tiempos nos lleva cada vez mas a que perdamos los grandes acontecimientos que surgen a nuestro alrededor. Pero el caso mas triste es el estar con Jesús sin disfrutar de las grandes cosas que diariamente tiene preparadas para nosotros.
Estar con una persona sin disfrutar de su presencia es como no estar con ella. Es como estar al lado de una gran personalidad. Si no se compartió con esta persona, solo estuvimos a su lado, pero no estuvimos con ella. Lo mismo sucede con Jesús.
Podemos hablar de varios personajes bíblicos que pasaron por esta experiencia:
Los Apóstoles
Estos pasaron más de tres años junto a Jesús, oyendo sus enseñanzas, y viendo sus milagros, pero sin poder comprender a cabalidad el gran acontecimiento que estaba ocurriendo a sus lados. No fue sino hasta la resurrección y aun más, hasta Pentecostés, que lograron comprender y ser verdaderos partícipes del gran acontecimiento de la revelación y poder del Salvador.
Los discípulos de Emaús
Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? … Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Lc 24:13-31
Estos discípulos estaban lamentándose de no vivir la experiencia cuando lo que tenían que hace era abrir sus ojos espirituales y vivir el acontecimiento que se les revelaba a ellos en esos mismos momentos.
La experiencia de los religiosos del tiempo de Jesús
Estos tenían la Ley y los Profetas. Ellos habían escuchado a los testigos de los acontecimientos. Todo el ambiente estaba preparado para que ellos pudieran recibir aquello que tanto habían esperado, pero sus expectativas estaban apartadas de el Plan de Dios y no pudieron ver lo que tanto esperaban.
Los acompañantes de Saulo
Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Hc 9:7
La ceguera espiritual de estos no permitió el que vieran el gran acontecimiento que estaba ocurriendo ante sus ojos.
En la parte 2 de esta enseñanza veremos algunos casos de personajes bíblicos que si supieron aprovechar los momentos que pasaron con Jesús.
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