Por favor dejanos
Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
En esta historia Jesús sacó fuera los demonios que oprimían a dos hombres. Esta es probablemente la peor condición que pueda afectar a una persona. Pero esta condición no solamente afectaba a estos hombres, sino también a la gente de esta región, pues «eran tan feroces que nadie podía pasar por aquel camino». Así que lo que Jesús hizo fue para el beneficio de estos hombres y de toda la gente que vivía en aquella región.
Aparentemente estas personas pesaron más el impacto económico de la perdida de los cerdos que el beneficio obtenido de ser liberados de la posibilidad de ser atacados por estos endemoniados. Quizás su pensamiento era: «¿Qué mas perderemos si Jesús libera mas endemoniados o sana enfermos?»
¿Qué pasó con estas personas? ¿Cómo es posible que Jesús recibiera mas respeto de parte de los demonios (los cuales le reconocieron como Hijo de Dios) que de aquellos que recibieron los beneficios del milagro.
Nuestra nación ha sido bendecida por Dios en muchas maneras. Sin embargo, tal parece que cada día mas personas sigue el camino de los gadarenos al pedirle a Jesús:
- por favor, vete de nuestras escuelas
- por favor, sal de nuestro gobierno
- por favor, sal de nuestras cortes de justicia
- por favor, no nos digas como definir lo que es moralidad
- etc.
Servir a Jesús tiene su costo, pero no tiene precio. No importa lo que podamos perder como resultado de servir a Jesús, nada se comparara a los beneficios de seguirle.
Yo he decidido pedirle a Jesús que me acompañe por siempre. ¿Qué le vas a pedir tú?
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