Lecciones sencillas de la carta a los Romanos – parte 4
No hay nadie bueno
Si realizamos una encuesta preguntándole a la gente si ellos se consideran una «buena persona», probablemente la mayoría responderá que sí. Es probable que la respuesta este basada en sus propios estándares, pero ¿estarán usando los estándares correctos?
En los procedimientos judiciales la mayoría de los acusados se declaran no culpables. Ellos piensan que su comportamiento fue aceptable, pero si ese comportamiento está en contra de un código legal, serán encontrados culpables de violar la ley.
De acuerdo con las normas establecidas por Dios, todas las personas han pecado, y todos somos culpables.
No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo! Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.
¡Veneno de víbora hay en sus labios! Llena está su boca de maldiciones y de amargura. Veloces son sus pies para ir a derramar sangre; dejan ruina y miseria en sus caminos, y no conocen la senda de la paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. – Romanos 3:10-18
Usted podría decir: «Esto no se ajusta a mi descripción», pero de una manera u otra estas palabras son, o fueron, una descripción de nosotros. Pero si usted insiste en que es una «buena persona» mire lo que Jesús dijo:
¿Por qué me llamas bueno? -respondió Jesús-. Nadie es bueno sino sólo Dios. – Marcos 10:18
y
pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. – Juan 3:18
Los procedimientos judiciales no se definen por lo que la persona acusada comprende acerca de la ley, sino por lo que esta definido en los códigos legales. Lo mismo ocurre con la ley de Dios.
pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios – Romanos 3:23
Sé lo que estás pensando: «¿Cuáles son mis opciones si no importa lo que haga nunca seré considerado una ‘buena’ persona?» No te preocupes. Dios se encargó de eso.
Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios – Romanos 3:21-23
Según la ley de Dios hemos sido encontrados culpables. Pero, de la misma manera que algunos sistema de justicia han adoptado el concepto de «perdón presidencial» para el perdón de un delito y la pena asociada a ella, Dios ha establecido «el perdón celestial» para todos aquellos que tienen fe en Jesucristo.
No hay un proceso largo o el tiempo de espera necesario, sólo un sincero arrepentimiento y fe.
pero por su gracia [somos] justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. – Romanos 3:24
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