No os afanéis
La ansiedad afecta a todos de una forma u otra. La ansiedad se define como estado de angustia y temor que no permite el sosiego de quien la padece. La ansiedad se ha convertido en parte de nuestro estilo de vida. Estamos acostumbrados a obtener todo lo rápido y fácil. Por esa razón nos ponemos ansiosos cuando cosas triviales, como problemas de tráfico, la espera en el consultorio de un médico, o incluso cuando nuestro equipo favorito está perdiendo. También nos ponemos ansiosos debido a cosas más importantes como las finanzas y la salud.
¿Qué tienen todas estas cosas tienen en común? No importa cuan preocupado estés, preocuparte no te ayudará a resolver nada.
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. –Mateo 6:31-33
Sólo conseguimos una cosa cuando estamos ansiosos: falta de paz. La ansiedad también puede causar problemas de salud. Así que ¿por qué estar ansiosos? La única manera de evitar la ansiedad es si tuviéramos la confianza de que de alguna manera el problema va a ser resuelto. Podemos tener esa confianza. Jesús nos dijo que no nos preocupemos por las cosas básicas de la vida, como alimentos, vestido y vivienda, ya que si buscamos a Dios y su reino, el se encargará de suplir cada una de estas necesidades.
Pero, ¿qué sucede cuando hay problemas distintos de los descritos en Mateo 6:31-33? ¿Qué pasa si realmente no hay solución a nuestro problema?
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. – Filipenses 4:6-7
Un problema no es tan grande en comparación con un problema mayor. Así, por ejemplo, llegar tarde a una reunión no es nada en comparación con no tener el dinero para pagar la hipoteca.
De la misma manera, no hay problema tan grande en este mundo en comparación con la Vida Eterna. Por eso la Biblia nos dice que no nos afanemos por nada. Para aquellos que confían en Dios solo hay una cosa que pueden hacer con sus problemas: llevarlos a Dios en oración. Y esta confianza es tan fuerte que podemos dar gracias a Dios incluso si nuestro problema no está resuelto. ¿Por qué? Porque en el peor de los casos todos nuestros problemas quedarán atrás cuando heredemos la vida eterna (Juan 3:16).
El resultado de nuestra confianza en Dios es paz que sobrepasa todo entendimiento, guardando nuestros corazones y pensamientos en Jesús.
¿Quieres intercambiar tu ansiedad por paz? Confía tu vida y tus problemas a Dios.
Comentarios
No os afanéis — No hay comentarios
HTML tags allowed in your comment: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>