Puertas cerradas
El primer día de la semana…Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro. Y, asomándose, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, entró en el sepulcro y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó, pues aún no habían entendido la Escritura: que era necesario que él resucitara de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. – Juan 20:1,3-10
Habían ocurrido muchas cosas en las vidas de los discípulos en los días anteriores al primer día de la semana. Los discípulos estaban pasando por un momento muy difícil. Acababan de ser testigos de la muerte de su maestro. Aunque Jesús les dijo que él iba a resucitar de entre los muertos, ellos realmente no habían procesado la información en sus corazones. Así que este fue probablemente un momento de profunda tristeza y desesperación, ya que no estaban seguros de lo que iba a pasar con ellos. Dos de los discípulos fueron al sepulcro, vieron que estaba vacío, y creyeron. Sin embargo, cuando regresaron a sus hogares cerraron sus puertas por miedo de los Judios.
Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos – Juan 20:19a
¿Fallarón en su fe? A veces los problemas nublan nuestro entendimiento. Vamos a ser honestos: podemos pasar por una experiencia espiritual en la mañana, y luego actuar como si no hubiera esperanza un par de horas más tarde. Supongo que es la naturaleza humana. En medio de un problema tendemos a cerrar las «puertas».
estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo: ¡Paz a vosotros! – Juan 20:19b-20a
La buena noticia es que si tienes una relación con Jesús este aparecerá, incluso si las puertas están cerradas. Él sabe cómo nos sentimos, y él sabe nuestras debilidades, asi que no nos preguntará por qué cerramos nuestras puertas. Él aparecerá para traer su paz a nuestros corazones afligidos.
Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. – Juan 20b
¿Cuál habría sido tu reacción si hubieras estado en esa habitación cuando Jesús se presentó?
Regocijarse es una buena palabra para identificar la sensación (o tal vez alguno de sus sinónimos: rebosante de alegría, encantado, alborozado, eufórico, jubiloso, emocionado). No importa las circunstancias que estamos atravesando, el mismo gozo está disponible para nosotros.
¿Están tus puertas cerradas aun? No pierdas la esperanza. Jesús se presentará y serás capaz de experimentar su paz.
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