La esperanza y las estadísticas
Estadística es la ciencia de reunir, resumir y analizar datos numéricos. Las estadísticas permiten predecir la probabilidad de eventos. Un tema de gran utilidad en las estadísticas es la correlación. La correlación es una medida de la relación entre dos o más variables. Básicamente, una vez que la correlación entre dos variables han sido definida, el resultado de una variable puede ser definida en función del valor de la otra variable.
Decisiones como la prohibición de la oración en las escuelas públicas y la legalización del aborto pueden correlacionarse con el espiral descendente en la moral que hemos experimentado como nación. Usted no necesita ser un estadístico para comprender que ha habido una relación directa entre nuestro rechazo a Dios como nación y la decadencia moral que nuestra nación está viviendo.
Lamentablemente esta tendencia no está cambiando. Todo es aceptable en el nombre de la «libertad». Además, cualquiera que enseñe los mandamientos de Dios (las instrucciones de nuestro creador para una vida mejor) es considerado como intolerante. Si la correlación es correcta, las estadísticas nos dicen que no hay esperanza. Sin embargo, podemos invertir la tendencia si decidimos volver nuestros corazones a Dios.
Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. … Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar. – Deuteronomio 30:11-20
Aunque estas palabras fueron para el pueblo de Israel, son tan aplicables para nosotros como lo fueron para ellos. El pueblo de Israel sabía que estas palabras eran verdaderas. La historia Bíblica muestra que cada vez que Israel se alejó de Dios sufrieron las consecuencias, pero cada vez que volvieron sus corazones a Dios fueron bendecidos. Hay una correlación clara entre amar a Dios y ser bendecidos. Esto es estadísticas bíblicas para la esperanza, y sin duda esta receta se puede aplicar a nuestras vidas.
La esperanza no va a provenir del gobierno o los políticos. Sólo puede provenir de aquellos que temen al Señor.
Como individuos, podemos pensar que no hay mucho que podamos hacer para revertir la tendencia moral, pero vivir nuestras vidas caminando en el amor de Dios tendrá un impacto en nuestra familia, nuestros vecinos y nuestros amigos. Hagamos lo que podamos en nuestra esfera de influencia. No hacer nada para detener la tendencia es permitir que otros la sigan.
Sabemos lo que hay que hacer: amar a Dios, andar en sus caminos, y guardar sus mandamientos, estatutos y decretos. También sabemos las consecuencias de no hacer lo que tenemos que hacer. La decisión está delante de ti y de mí. Elijamos sabiamente.
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