¿Padres o hijos?
Criar hijos no es fácil en estos tiempos. Muchos de ellos no preguntan, sino que nos ordenan; no agradecen, más bien te exigen; no piden permiso, solo hacen lo que quieren.
Creo que todo padre o madre ha tenido la experiencia de que sus hijos quieran establecer una relación donde parece que ellos son los padres y nosotros los hijos. Esto es una relación disfuncional. Es necesario que los padres cumplan su rol. Los padres somos los llamados a preparar a nuestros hijos para enfrentarse a la vida. Es nuestra responsabilidad instruirles, transfiriéndoles las enseñanzas que adquirimos con las experiencias que nos ha dado la vida.
Es posible que lo que ahora hacen nuestros hijos nosotros lo hayamos hecho también con nuestros padres. Peor aun, es posible que nosotros tengamos la misma actitud con nuestro Padre celestial. En nuestra relación con Dios somos hijos y no padres. Sin embargo, ¿Cuántas veces le decimos lo que tiene que hacer, como lo tiene que hacer y cuando lo tiene que hacer? Le tratamos como si El fuera nuestro hijo y nosotros el padre. Esto no puede ser así.
En nuestra relación con Dios Él quiere que tengamos una dependencia completa y totalmente de El. Esto la podemos ver en la oración que Jesús nos enseñó.
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. – Mateo 6:9-10
Al orar “venga Tu reino” y “hágase Tu voluntad”, reconocemos la total autoridad de Dios sobre nuestras vidas y que Su conocimiento le permite saber que es lo mejor para nosotros. Cuando nos sometemos a Su voluntad lo hacemos con el conocimiento de que cuando Él dice ‘No’ o cuando Él dice ‘Espera’ es porque es lo mejor para nuestras vidas, aunque en ese momento no lo entendamos. Podemos decir que Su ‘experiencia’ como Dios eterno lo cualifica para saber que es lo mejor.
Puede ser que en ocasiones Sus planes interfieran con los nuestros, pero cuando reconocemos nuestro rol como hijos, y Su rol como Padre, sabemos que el resultado de la nuestra obediencia resultará en bendición.
Regocíjate en el conocimiento de que el Dios omnisciente y omnipotente se mantiene firme en Su rol como Tu padre.
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