El Reino de los Cielos – Parte 6
Durante su ministerio Jesús siempre se preocupó por los demás. Sanó a los enfermos, resucitó muertos, perdonó pecadores, alimentó a hambrientos, liberó a endemoniados, y lo más importante murió para que todos nosotros pudiéramos obtener la vivir eterna. Podemos decir que el establecimiento del Reino de Dios comenzó con buenas obras.
La definición de buenas obras es:
- Actos de caridad, bondad, o buena voluntad. Originalmente tenía el significado teológico de un acto de piedad.
Para Jesús las «buenas obras» son importantes:
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. – Mateo 5:16
Cuando la gente ve nuestras buenas obras Dios es glorificado. Sin embargo, las buenas obras por sí solas no tienen sentido para Dios, a menos que procedan de un corazón de amor.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. – Mateo 7:22-23
Dios no quiere que hagamos buenas obras para que nos luzcamos. Las buenas obras sólo tienen una finalidad: ayudar a los necesitados.
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. – (Mateo 25:31-46)
Dios no necesita buenas obras. Pero cuando servimos a otros estamos sirviendo a Dios. De la misma forma, si no servimos a otros, no estamos sirviendo a Dios. Jesús dijo: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.» (Marcos 10:45).
Vamos a hacer nuestra parte en el establecimiento del Reino de Dios por sirviendo a los demás.
Comentarios
El Reino de los Cielos – Parte 6 — No hay comentarios
HTML tags allowed in your comment: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>