El Reino de los Cielos – Parte 7
Una de las palabras que se pueden utilizar para definir el ministerio de Jesús es «servicio». Su gran acto de servicio fue su sacrificio para que pudiéramos alcanzar salvación.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. – Jn 3:16
Algunas de las definiciones de servicio son los siguientes:
- Empleo en tareas o trabajo para otro
- La realización de trabajos o funciones para un superior o como un siervo
- El trabajo realizado para otros como una ocupación o negocio
- Un acto o una variedad de labores realizadas para los demás, especialmente por paga
Basado en eso, podemos resumir como servicio la labor realizada para los demás. La definición también incluye «sobre todo por paga». Esto es también verdad en el contexto del Reino de los Cielos, aunque el pago no se puede medir en términos monetarios.
Algunas personas piensan que ser alguien importante es tener poder sobre otros. Sin embargo, en el Reino de los Cielos la métrica es muy diferente:
Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Más yo estoy entre vosotros como el que sirve. – Lc 22:24-27
Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. – Mt 20:26-28
Para ser grande en el Reino de los Cielos primero tenemos que convertirnos en siervos. No cabe duda de que Jesús es el mayor en el Reino de los Cielos, y El demostró Su grandeza al dar Su vida en servicio por todos nosotros. Él no vino a ser servido, sino a servir. ¡El mayor pasó a ser un siervo!
Dado que Jesús estaba claro acerca de quién es Él, Él no tenía ningún problema actuando como un servidor.
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. – Jn 13:1-5
Mira las palabras resaltadas: «Sabiendo». Lavar los pies de alguien era una tarea reservada para el siervo más bajo. De todas formas, Jesús no se preocupó por el estereotipo, porque Él sabía que el servicio le haría ser mayor. Sin embargo, Él no quería que el servicio fuera una característica reservada para Él. Él quería aprendieramos de Él, para que sigamos su ejemplo.
Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. – Jn 13:12-17
La lección no es sobre el lavado de pies, sino sobre servicio. Sin embargo, Jesús nos dejo un ejemplo que nos enseña que no hay nada demasiado bajo a hacer cuando alguien está en la necesidad de nuestro servicio. Estamos llamados a servir. Hay un montón de cosas que podemos hacer para servir a otros. Sin embargo, el mayor servicio que podemos hacer es dejar que otras personas conozcan acerca del Reino de los Cielos.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. – Mc 16:15
Convirtámonos en grandes al compartir las buenas nuevas del evangelio.
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