Tiempo de enmendar
El año pasado mi esposa y yo decidimos unirnos a un gimnasio. Nos gustó el que elegimos porque tiene muchos equipos disponibles, y no hay que esperar para utilizar ninguno. Al regresar al gimnasio en enero nos dimos cuenta de un cambio: ahora casi no hay equipos disponibles para usar. Tal parecería que estuvieran regalando las membresías.
Hay una razón por la cual los gimnasios se llenan al comenzar el año: es el tiempo de enmendar los descuidos del año anterior. Esto incluye dietas y ejercicios: aquellos que debimos haber hecho durante todo el año.
Debemos aprovechar el comienzo de un nuevo año, no solo enmendando los descuidos que tuvimos con nuestra salud física, sino también con nuestra salud espiritual. De la misma manera que el descuidar nuestra alimentación y el descuidar los ejercicios afecta nuestra salud física, hay descuidos que afectan nuestra salud espiritual.
Hacer dieta no es necesariamente agradable, como tampoco lo es un régimen de ejercicios. Pero todos sabemos que ambos son necesarios. De igual manera, no es fácil someter nuestra vida a las enseñanzas y prácticas que son necesarias seguir cuando queremos vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. – Gálatas 5:17
Dios nos ofrece la oportunidad para enmendar nuestra relación con El. No hay nada que pagar (ya esa membresía está salda). Pero sí tenemos que reconocer que nuestra vida espiritual está fuera de forma, y que para resolverlo existen comportamientos que hay que abandonar, y existen comportamientos que hay que comenzar o volver a poner en práctica.
Reconoce la necesidad de enmendar tu vida. Decídete y comienza a moverte en la dirección correcta.
Amen… palabra dirigida por Dios DTB